Los oídos, los ojos y la nariz son continuamente agredidos por partículas de polvo, esporas, sustancias químicas, virus, bacterias, humo y contaminación, todos los cuales pueden causar problemas. Las corrientes, las temperaturas extremas, la humedad en la cabeza, la tensión emocional y física y la fatiga agravan los trastornos de esos órganos debilitando la capacidad del sistema inmunológico para combatir la infección.
FIEBRE DEL HENO (O RINITIS ALERGICA)