Incluye síntomas como cosquilleo, hormigueo, sensación de ardor o dolor, sobre todo en la parte inferior de las piernas, que puede provocar tirones y espasmos en las piernas. El trastorno suele deberse a problemas del sistema nervioso y en parte puede ser hereditario. Es más común en personas mayores, en fumadores, y si los músculos han realizado un esfuerzo excesivo y están fatigados, sobre todo con tiempo frío y húmedo. El nerviosismo en las piernas puede ser resultado de la diabetes, de una deficiencia de vitamina B, de un exceso de cafeína, de la abstinencia de la droga o de una alergia a un alimento. La medicina ortodoxa aún no ha identificado la causa exacta de este trastorno, pero se ha demostrado que la mayoría de quienes lo padecen presentan una deficiencia de hierro.
Póngase medias al acostarse o use bolsa de agua caliente. Asegúrese de que su dieta contiene suficiente ácido fólico y vitamina E y tome un suplemento de hierro y vitaminas del complejo B. Elimine la cafeína (té. café y bebidas con cola).