Olive - Olivo

Olivo 1ª parte

Olivo 2 ª parte

Olivo 3ª parte

¿No es acaso el aceite de oliva luz y calor del sol convertidos en materia? Antaño ardía en los candiles de los templos y era considerado como símbolo de la reconciliación entre el hombre y lo divino. Los aceites vegetales contienen numerosos átomos de hidrógeno enlazados. El hidrógeno, que es el elemento químico más ligero, forma la capa más externa de la atmósfera terrestre y transmite desde allí los impulsos que irradian las lejanas estrellas. Cuando este elemento se presenta en forma gaseosa (como en un zeppelín) es extremadamente inflamable y explosivo. En realidad se debería llamar «sustancia ignífera». En este sentido, la formación de aceite en la semilla vegetal y en la oliva se podría considerar un proceso de inflamación vegetal que purifica las plantas de todo lo viejo, duro y consumido, permitiendo su total renovación. La interpretación que daban los alquimistas a la inscripción INRI colocada sobre la cabeza de Cristo en la cruz era Igne natura renovatur integra (La naturaleza se renueva por completo en el fuego). En el plano material de la emulsión (aceite con agua) también se observa esta acción purificadora: a partir del aceite de oliva se fabrica jabón.

La botánica herbolaria astrológica reconocía en el olivo la influencia del bondadoso y rico rey de los dioses, Júpiter. Dado que el hígado está regido por este planeta, se utilizaba aceite de oliva para las dolencias hepáticas. Este aceite realmente posee una acción indirecta sobre el hígado ya que estimula la producción de bilis. En la Antigüedad también se preparaban ungüentos mezclando aceite de oliva con cera de abejas y esencias vegetales. El elevado contenido en vitamina A de este aceite lo hace útil para tratar las manifestaciones carenciales como son la sequedad de las mucosas, la ceguera nocturna y el raquitismo. Los romanos se frotaban todo el cuerpo con aceite de oliva cuando padecían de agotamiento. También, con el fin de favorecer la cicatrización, mezclaban el aceite con vino tinto y aplicaban la mezcla sobre las heridas ya curadas. Las hojas de olivo tienen propiedades antisépticas, astringentes, emolientes y laxantes. La infusión de estas hojas es eficaz para bajar la presión arterial.

Por lo que se sabe, las flores no se empleaban con fines terapéuticos hasta que Edward Bach descubrió en ellas un remedio contra el agotamiento extremo del espíritu y cuerpo. Olive ayuda a recobrar nuevas fuerzas y vitalidad.