Agrimonia

Agrimonia 1ª parte

El nombre genérico Agrimonia significa sencillamente «habitante del campo» (del griego agros = campo, mone = lugar de residencia). La planta crece de preferencia en los campos yermos, suelos arcillosos, bordes de los caminos y debajo de setos. Cuando llega la primavera surge de la roseta de invierno un pedúnculo recto, cubierto de pelos y poco ramificado que durante el estío, julio y agosto, florecerá en forma de espiga alargada cubierta de arriba abajo por pequeñas flores amarillas que desprenden un agradable aroma. Las flores se parecen a pequeñas rosas silvestres amarillas, lo cual no es extraño ya que se trata de una rosácea. Las pequeñas rosas maduran para dar lugar a los frutos barbados que se diseminarán por el mundo agarrándose a la piel de los animales o a las telas de las personas que pasen por su lado. El botánico inglés John Gerard, cuyo Herbal apareció en 1597, llama philanthropus (filántropo) a la planta. Sus ganchos, dice, sólo se pegan a los hombres porque Agrimony los quiere muchísimo y desea hacerles el bien. En el lenguaje de las flores también se hace mención a la bondad de esta planta. «¡Acepta mi gratitud!» se dice cuando se entrega a alguien la flor de agrimonia.

Al igual que todas las rosáceas, agrimonia no teme la luz ni la oscuridad. Su brillante floración en el aireado pedúnculo es compensada por el enérgico crecimiento de las raíces en el suelo. No huye de este elemento oscuro y duro como hace la impaciencia. Como el resto de las rosáceas, posee algo rudo y astringente que impide la putrefacción. Gracias a su tanino evita las desviaciones «lunáticas» de la fisiología. Así es capaz de curar la diarrea o de neutralizar venenos. Los principios amargos constituyen la base farmacológica de su eficacia para curar los trastornos hepáticos, pero son los taninos los que le han proporcionado fama como hierba vulneraria. Los anglosajones la denominaban garclive (lanza hendida) y curaban con esta hierba las heridas provocadas por puntas de lanza. Los médicos franceses fabricaban el eau d'arquebuscade para curar las heridas producidas por balas de arcabuz. En general parece que la planta tenga una relación antagónica con el hierro y con las heridas producidas por las armas fabricadas con este metal. A semejanza de otras hierbas medicinales antiquísimas, cuyo empleo se remonta a la Edad de Piedra, esta planta nunca ha de arrancarse con instrumentos de hierro.

Aunque lo describe con otras palabras, Edward Bach también reconoce que Agrimony posee características típicas de Júpiter. Con esta planta medicinal descubrió un remedio para las personas que ocultan las preocupaciones, la aflicción y el dolor tras una máscara de alegría superficial. La alegría, la capacidad de disfrutar de la vida, el optimismo y un espíritu juicioso y sabio son características de un estado positivo de Júpiter. Sin embargo, cuando la alegría de vivir está envenenada por el sufrimiento y el desasosiego interior, o alterada artificial y transitoriamente por el alcohol y las drogas (venenos hepáticos), se tratará de un estado Júpiter negativo. En este caso estará indicada la toma de Agrimony. En un plano no material sino espiritual, la esencia tendrá efectos armonizadores y desintoxicantes y contribuirá a que la persona pueda volver a ser «jovial».