Mascarillas

Las mascarillas son el complemento de los baños faciales ya que ayudan a una limpieza más profunda y saludable.

Se deben aplicar cuando los poros están aún abiertos, sobre la piel húmeda y en una posición cómoda y descansada, manteniendo los pies más altos que la cabeza para que la gravedad mantenga la circulación de la sangre en la cara, refrescando al mismo tiempo los ojos con compresas de jugo de pepino cohombro empapado en algodones o con infusión de hierbas aromáticas.

La mascarilla se mantiene 20 ó 30 minutos, enjuagando con agua tibia y después con una infusión fría de hojas frescas de menta que ayuda a cerrar los poros.

Finalmente, se aplica una buena crema humectante.